MODELOS MENTALES

Por: JUAN JOSÉ CORREDOR BAYLON

 

La ciencia cognitiva ha tenido precursores, dotándola de diferentes matices que en lugar de aclarar oscurecen el panorama. Norman (1987)[1] menciona alguno de los problemas más importantes planteados hoy en la ciencia cognitiva:

 

 1. La forma de las representaciones mentales y las cuestiones acerca de si las imágenes mentales se diferencian del conjunto de posiciones.

 2. Los procesos mentales que subyacen al razonamiento ordinario y la cuestión de las reglas de inferencia que incorporan.

3. La representación de las palabras y la cuestión de si dependen de un diccionario descomponible o de unos postulados de significado.

 

Estas cuestiones planteadas por Norman aún no tienen respuesta pero están íntimamente relacionadas, todas implican la noción de modelo mental.

 

Es decir, como lo menciona Craick (1991)[2], el pensamiento va a consistir en la manipulación de modelos cuyos antecedentes ya se vislumbraban en la filosofía y que retoma la psicología, pero hablando de estructuras que se apartan de las aseveraciones verbales, pero cercanas a las estructuras del mundo a la concepción que el hombre se hace de ellas.

 

Los modelos de reglas mentales parten del supuesto que todo ser humano tiene reglas de inferencia semejantes a las reglas lógicas y estas se aplican a las representaciones proposicionales con el fin de probar la conclusión. Estas no abarcan todas las reglas, sino las básicas que se utilizan de forma natural y sin esfuerzo. Cualquier modelo mental explicará las reglas de deducción y el procedimiento para la selección y aplicación de estas reglas.

 

Braine (1998)[3] se propuso desarrollar un modelo que intenta subsanar la falta de correspondencia observada entre la interpretación lógica de las operadores y su interpretación en el lenguaje natural i.e . la regla mental, o esquema de inferencia como lo denomina Braine, del condicional es el modus ponens, en las otras formulaciones se requieren cómputos adicionales, ya que esta regla no se aplica directamente. Se señalan pasos: un proceso de comprensión pragmática que interpreta la proposición según el contexto, y un programa de razonamiento que reúne la información que se lleva y que ha sido interpretada para llevarla a la conclusión.

 

El razonamiento directo es común a todos los sujetos y buscan los emparejamientos entre los esquemas de inferencia y la forma de las proposiciones que constituyen los argumentos. Los sujetos parten de premisas que se suponen son verdaderas y no derivan de las premisas contradictorias. La regla mental se aplica cuando se produce el emparejamiento entre un esquema de inferencia y una proposición y la inferencia para formar parte del conjunto de premisas. El argumento será válido si existe una correspondencia o una contradicción entre las proposiciones del conjunto de premisas y la conclusión.

 

Estas formas de razonamiento directo no se aplican a todo los problemas, generando en su resolución una amplia variabilidad. Son propuestas heurísticas que no tendrían correspondencia con los mentales que sugieren una regla mental, se da un paso hacía otras formas de razonamiento, como el analógico o probabilístico.

 

La propuesta de Rips (1983) es semejante a la anterior, él presenta un modelo computacional denominado “Sistemas de Deducción Natural” estructurados por rutinas de memoria y de inferencias. Nos dice que el razonamiento humano consiste en la aplicación de reglas mentales y rutinas de inferencia que aplican reglas para probar argumentos condicionales, disyuntivos y conjunciones. Se da una configuración jerárquica de asertos que incluyen las premisas y proposiciones que se derivan y otro que incluiría las submetas que tendrían conclusión junto con las proposiciones que las garantizan (Ver González, 1998).

 

Johnson-Laird ha desarrollado una teoría sobre la inferencia, que él denominó modelos mentales, en ella nos dice que los seres humanos resuelven cualquier problema lógico sin necesidad de poseer una competencia lógica formal. Para él los individuos construyen mentalmente representaciones apoyándose en la información proporcionada, y las modifican de acuerdo a las nuevas informaciones.

 

Su teoría describe el razonamiento desde un nivel computacional y logarítmico. En el primero se describe qué se computa y por qué, numerando sus restricciones. En el algorítmico específica cuáles son los datos de entrada, sus representaciones y los pasos para llegar a una conclusión.

 

En ella están implícitas tres estadios: comprensión, descripción y validación, esté último busca modelos que puedan falsear la conclusión, si no hay tales modelos, la conclusión es válida.

 

Esta teoría incluye tres supuestos: entre mayor número de modelos, más difícil la tarea; es más difícil una deducción que se realiza a partir de los modelos iníciales que otra que sólo pueda hacerse creando modelos con la información explícita; requiere tiempo detectar inconsistencias entre elementos de modelos (Ver, Ayuso, 1997).

 

Los modelos de reglas mentales y teoría de los modelos mentales en el condicional.

 

El modelo de reglas mentales resolvería de la siguiente forma este argumento (Ejemplo dado por González, 1998):

 

Si hay una A y una B, entonces no hay una C

Es falso que no hay una A.

Si hay una B, entonces hay una C.

 

El modelo considera el antecedente del condicional (Hay una B) como una suposición y el consecuente como la conclusión que se va a evaluar (Hay una C). Se aplican los esquemas de inferencia para reformular la segunda premisa (Es falso que no hay una A) hay una A y para inferir hay una A y una B a partir de que hay una B y la inferencia hay una A. Con el modus ponens se obtiene no hay una C, a partir de la premisa si hay una A y una B, entonces no hay una C, y el resultado de la última inferencia hay una A y una B. El resultado es inválido al encontrar que el resultado de la última inferencia no hay una C es incompatible con la conclusión del argumento hay una C.

 

Para la teoría de los modelos mentales, la interpretación de un enunciado condicional dependerá de su significado lingüístico y del contexto. El modelo describe el estado actual del antecedente y la relación del consecuente con el antecedente. En esta situación se da una representación exhaustiva en la que P no puede representarse en otra situación que no sea aquella en la que se relaciona con Q. Sin embargo Q puede darse en otros modelos mentales con o sin P.

 

La inferencia Modus Ponens es la más fácil, es directa. Sin embargo, el modelo mental tanto para el condicional como el bicondicional es el mismo, lo que explica la ambigüedad en su interpretación. El Modus Tollens, es más difícil que el Ponens. Aclarando que la inferencia Tollens es más fácil que el bicondicional y que el condicional y que no existen diferencias en el Modus Ponens al compartir ambas interpretaciones el mismo modelo mental inicial.

 

Crítica a los modelos mentales

 

Las siguientes críticas las menciona Johnson Laird en deducción (1991)[4].

 

·         La teoría es empíricamente inadecuada, no se aplica al razonamiento proposicional o la teoría de selección de Wason.

·         La teoría infringe el principio de que “la psicología cognitiva tiene que trabajar sin nociones semánticas como la verdad y sin referencias que dependan de las relaciones entre representaciones mentales y el mundo” (Rips, Ibíd. 1991).

·         Los modelos mentales no son necesarios. La teoría no es clara, centrándose en una metáfora visual. La teoría es intratable.

·         La teoría no se puede contrastar: los modelos mentales son demasiado flexibles y ningún resultado posible refutaría la teoría.

·         Los modelos mentales son irracionales.

·          Hay poca o ninguna diferencia entre los modelos mentales y las reglas formales de inferencia.

·         Los modelos mentales no son más que calculo de predicados de primer orden.

·         Los modelos mentales dependen de procedimientos sintácticos.

 

A estas críticas  Johnson-Laird, responde, pero se sintetiza en la afirmación que él realiza, la teoría de los modelos mentales está incompleta, afirmando que la ciencia cognitiva necesita de una explicación de los componentes subyacentes, a partir de los cuales se articulen tanto la deducción como otras capacidades cognitivas. La teoría de los modelos mentales es una propuesta que quiere ayudar a dar una explicación de estos componentes subyacentes.

 

Como se afirma en uno de los articulo de Cognition on Cognition – Why should we abandon the mental logic hyothesis- los modelos mentales deberían (1995):

 

Proveer una teoría general de razonamiento deductivo y en particular, explicar el razonamiento proposicional, el razonamiento relacional; explicar el efecto figura, el razonamiento silogístico, los errores de las creencias falsas, explicar el razonamiento singular y múltiple con cuantificadores; explicar cómo el razonamiento lógico es ejecutado sin lógica; ofrecer una teoría del discurso, explicar las diferencias entre inferencias implícitas y explicítas… (Ver pag. 111)

 

Ante estas exigencias el panorama se nos muestra bastante complejo y la teoría de Johnson-Laird como una posibilidad que se no da para explicar parte de estas situaciones, pero sin abarcarlas todas.

 

Referencias

 

Ayuso. M (1997). Razonamiento y racionalidad. ¿Somos lógicos? Barcelona: Paidos.

González, L (1998). Introducción a la psicología del razonamiento. Editorial Trotta.

Johnson-Laird (1991). Deductión. Hove: Lawrence Ellbaum Associates.

Mehler,H., Franck, S (1995). A cognition on cognition. Editado por Jacques Mehler. Amsterdam.

Norman, D.A. (1987). Perspectivas en ciencia cognitiva. Barcelona: Paidos.

 

 

 


[1] Norman, D.A. (1987). Perspectivas en ciencia cognitiva. Barcelona: Paidos.

[2] Citado por Johnson Laird (1991)

[3] Citado por Gonzalez (1998)

[4] Johnson-Laird (1991). Deductión. Hove: Lawrence Ellbaum Associates

Acerca de juanjosecorredorbaylon

PSICÓLOGO UNIVERSIDAD NACIONAL, POSGRADO PEDAGOGÍA Y MAESTRÍA EN SISTEMAS SOSTENIBLES DE PRODUCCIÓN
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